Luis Mata

Director Técnico en ZEULAB. Especialista en seguridad alimentaria.

¿Cuál es el mejor método para analizar antibióticos en alimentos?



Métodos químicos vs métodos biológicos

Como casi todo en esta vida no hay una respuesta única. Hace tiempo que nos habíamos fijado que un número de muestras positivas a los test de inhibición del crecimiento microbiano para el cribado de antibióticos (test de inhibidores) nunca se conseguían confirmar mediante los métodos instrumentales o físico-químicos basados en cromatografía acoplada a un detector de masas (método de confirmación). Esto podía ser debido a diferentes causas como el diferente nivel de detección de ambas técnicas, pudiendo ser en algunos casos el límite de detección de los métodos de cribado inferior y también las moléculas hacia las que se dirige o es capaz de identificar el método de confirmación. Pero solo estas razones no parecen justificar el porcentaje de muestras no confirmadas en la etapa de cribado.

Durante los últimos años hemos participado en un proyecto transfronterizo POCTEFA cuyo objetivo principal ha sido la reducción de la presencia de antibióticos en la carne comercializada mediante el diseño de nuevas herramientas para el análisis de antibióticos en animales vivos (TESTACOS). Una parte de este proyecto la dedicamos a evaluar la situación actual en cuanto a presencia de antibióticos en la carne comercializada en las 5 ciudades participantes en el proyecto (Bilbao, Logroño, Perpignan, Toulouse y Zaragoza). Para ello, se analizaron más de 5000 muestras de diferentes especies a lo largo de un año y las conclusiones del estudio no dejan de ser reveladoras de la situación actual tanto a nivel de incidencia como de la idoneidad de las técnicas de control utilizadas.

Todas las muestras (5357) se analizaron mediante 2 métodos de cribado, uno biológico (ExplorerTM) y otro de tipo bioquímico (QuinoScanTM). El primero de ellos permite detectar las moléculas de las familias de antimicrobianos más importantes (penicilinas, cefalosporinas, tetraciclinas, sulfonamidas, macrólidos, aminoglucósidos y lincosaminas) mientras el que segundo es complementario, permitiendo detectar las moléculas de la familia de las quinolonas. Todas las muestras cuyo resultado fue positivo (194) fueron analizadas mediante UPLC-QTOF para confirmación. Se encontró presencia de antibióticos en tan solo 30 de ellas por lo que el 85% de las muestras detectadas como positivas en el cribado quedaron sin confirmar. Además, tan solo un 0,1% de todas las muestras contenían una concentración de antibiótico por encima de los niveles regulatorios. Este resultado nos llevó a intentar comprender la causa de dicha diferencia.

Las conclusiones de este trabajo nos han permitido demostrar que algunos antibióticos se degradan con cierta rapidez, en especial las penicilinas, aunque los metabolitos generados conservan su capacidad antimicrobiana, por lo que siguen siendo detectados por los métodos biológicos de inhibición microbiana y también, aunque en menor medida, por los métodos bioquímicos basados en el reconocimiento estructural mediante anticuerpos. Esta parece la causa más importante de las discrepancias encontradas. Los métodos químicos de confirmación están diseñados para detectar analitos de forma dirigida y por lo tanto, no pueden detectar aquellas moléculas desconocidas aunque éstas conserven su actividad original.

Desde el punto de vista estrictamente normativo el resultado final debe ser aquel otorgado por el método de conformación, es decir, que confirma la presencia de la molécula terapéutica administrada o los metabolitos actualmente identificados. En este caso el nivel de incidencia encontrado en el proyecto es de tan solo un 0,1%, que es incluso menor que el reportado en los informes anuales de la EFSA para toda la UE. Sin embargo, desde el punto de vista de la salud pública y en especial con la perspectiva de la protección frente a la generación de resistencias antimicrobianas, los métodos químicos de confirmación nos protegen de una forma muy parcial (en este trabajo solo un 15% de las muestras positivas con los test biológico y bioquímico eran detectadas por el método de confirmación). Por lo tanto, podemos concluir que los métodos de inhibición microbiana nos ofrecen un nivel mayor de protección ya que su uso puede prevenir la entrada de alimentos contaminados en la cadena alimentaria, evitando o reduciendo la generación de antibiorresistencias. Esta información debería servir de reflexión a las autoridades sobre cuál es el nivel de protección que necesita nuestra sociedad, en la que cada año hay un número mayor de muertes causadas por la falta de antibióticos efectivos y de lo que los expertos llaman ya la próxima gran pandemia.

Durante el proyecto TESTACOS hemos desarrollado varias herramientas que permiten analizar los antibióticos en los animales vivos antes de llevarlos al matadero y de esta forma poder conseguir una gestión más adecuada en la propia explotación ganadera. Un ámbito en el que también deberían estar preocupados para la correcta protección de sus propios animales frente a enfermedades infecciosas, además de ser el primer eslabón de protección en la cadena alimentaria.

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